NO PIERDAS EL EQUILIBRIO
Uno de los sentidos fisiológicos más importantes del cuerpo humano es el quilibrio, el cual se desarrolla durante diversas fases a lo largo de los primeros años de vida y en algún momento de la edad adulta, comienza a declinar o dañarse por cusas que pueden ser influidas por el medio externo (por ejemplo: fármacos).
El nervio vestibulococlear (ubicado en el oído interno) envía señales a diversas partes del sistema nervioso central, principalmente el cerebelo, las cuales contribuyen a mantener el equilibrio (función vestibular). Sin embargo, también se requiere el buen funcionamiento de los ojos, articulaciones y músculos, de manera que si uno o más de estos sistemas no trabajan en forma adecuada, una persona puede enfrentar dificultades para moverse o ponerse de pie, andar en bicicleta o realizar ciertos ejercicios.
Estructuras que participan en la función: numerosos sensores de presión ubicados en cuello, torso, articulaciones de las piernas y pies transmiten señales al cerebro para informar dónde está el cuerpo respecto al entorno (propiocepción). El aparato vestibular que se ubica en el oido medio está involucrado en la percepción del equilibrio y la estabilidad. Cuando giramos la cabeza rápidamente, el líquido de los canales semicirculares (órgano del oído interno que junto con el sáculo y utrículo determinan el equilibrio dinámico del cuerpo humano) mueve los pequeños vellos que mandan un mensaje (a través del nervio vestibulococlear) al cerebelo acerca del movimiento. Por otra parte órganos como los ojos tienen una estrecha relacion con el quilibrio pues mediante este se determina la profundidad es decir a que distancia se encuentra un objeto lo que es vital para mantener el equilibrio.
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