lunes, 24 de noviembre de 2014

DETECCIÓN DE LUZ  HASTA EN OSCURIDAD


Desde la época de nuetros antepasados diversos sentido esenciales como el tacto, gusto, audición, olfato, equilibrio y, jugando un papel muy importante la visión que permite describir al sentido que le brinda a distintos organismos la posibilidad de detectar la luz y reconocer lugares, personas y objetos (o sea, le posibilita ver). La visión, en sí misma, es una capacidad que han desarrollado los animales (entre ellos, el ser humano) a partir de su estructura ocular.
El sistema visual pone en marcha distintos mecanismos para que la visión se haga posible. En principio, asume la tarea de interpretar el estímulo recibido para formar a partir de él la imagen óptica correspondiente en la retina, a través de la córnea y del cristalino de cada ojo. Esta parte del proceso visual está a cargo del sistema óptico.
La visión ocurre cuando la luz es procesada por el ojo e interpretada por el cerebro. La luz pasa a través de la superficie transparente del ojo o córnea. La pupila, que es la abertura negra en la parte anterior del ojo, es un orificio hacia el interior de éste. Ella puede agrandarse o encogerse para regular la cantidad de luz que entra al ojo. La porción coloreada o iris es en realidad un músculo que controla el tamaño de la pupila. El interior del ojo está lleno de un líquido gelatinoso. El ojo tiene un cristalino transparente que enfoca la luz de manera que ésta llegue a la parte posterior del ojo o retina. La retina convierte la energía lumínica en impulsos nerviosos que son conducidos al cerebro y luego interpretados.


miércoles, 19 de noviembre de 2014

SENTIDO DE LA AUDICION

QUE PASA CON LA AUDICIÓN
El pabellón auricular, el canal auditivo y el oído medio recogen y amplifican las ondas sonoras que hacen oscilar al tímpano. El martillo y el yunque transmiten las oscilaciones mecánicas del tímpano al estribo, que se mueve hacia delante y detrás en la ventana oval. Este movimiento transmite las oscilaciones mecánicas al líquido del oído interno. En la cóclea se producen unas pequeñas ondulaciones que hacen que se muevan las células ciliadas del oído interno. De este modo se estimula a las células ciliadas para que, mediante el nervio auditivo, envíen impulsos a las partes del cerebro situadas en las zonas del hueso temporal. En el lenguaje general, esto se denomina el sentido de la audición. Lo que determina qué células ciliadas se activan es la frecuencia del sonido. De este modo, es posible distinguir unos sonidos de otros.
Cada estructura del oído juega un papel importante en la conducción del sonido que posteriormente sera interpretada en la corteza cerebral. Existen unidades de medida para los sonidos captados por el oido, los Hercios para indicar la frecuencia se utiliza una unidad denominada Hercio. Esta unidad indica el número de oscilaciones por segundo. 440 Hz (el diapasón normal) indica una frecuencia de 440 oscilaciones por segundo.
El oído humano puede percibir frecuencias situadas entre aprox. 20 y 20.000 Hz. (Es decir, de una sirena a un flautín). Cuanto más grave sea un tono, menor será su frecuencia. Cuanto más agudo sea, más alta será su frecuencia.

SENTIDO DEL EQUILIBRIO

NO PIERDAS EL EQUILIBRIO
Uno de los sentidos fisiológicos más importantes del cuerpo humano es el quilibrio, el cual se desarrolla durante diversas fases a lo largo de los primeros años de vida y en algún momento de la edad adulta, comienza a declinar o dañarse por cusas que pueden ser influidas por el medio externo (por ejemplo: fármacos).
El nervio vestibulococlear (ubicado en el oído interno) envía señales a diversas partes del sistema nervioso central, principalmente el cerebelo, las cuales contribuyen a mantener el equilibrio (función vestibular). Sin embargo, también se requiere el buen funcionamiento de los ojos, articulaciones y músculos, de manera que si uno o más de estos sistemas no trabajan en forma adecuada, una persona puede enfrentar dificultades para moverse o ponerse de pie, andar en bicicleta o realizar ciertos ejercicios.
Estructuras que participan en la función: numerosos sensores de presión ubicados en cuello, torso, articulaciones de las piernas y pies transmiten señales al cerebro para informar dónde está el cuerpo respecto al entorno (propiocepción).                                                                                                         El aparato vestibular que se ubica en el oido medio está involucrado en la percepción del equilibrio  y la estabilidad. Cuando giramos la cabeza rápidamente, el líquido de los canales semicirculares (órgano del oído interno que junto con el sáculo y utrículo determinan el equilibrio dinámico del cuerpo humano) mueve los pequeños vellos que mandan un mensaje (a través del nervio vestibulococlear) al cerebelo acerca del movimiento. Por otra parte órganos como los ojos tienen una estrecha relacion con el quilibrio pues mediante este se determina la profundidad es decir a que distancia se encuentra un objeto lo que es vital para mantener el equilibrio.
                  
                               

viernes, 14 de noviembre de 2014

SENTODOS DEL GUSTO, TACTO Y OLFATO

COMO ES QUE SE PERCIBEN SENTIDOS COMO EL GUSTO, OLFATO, TACTO.
Que sensaciones se experimenta cuando se ingiere algún alimento o golosina favorita, es blando, dulce, cremoso, al cerrar la boca para tragar, el aroma te asciende por la nariz. El olfato es cosa bien sabida que interviene en la percepción del sabor.
Los receptores para el sabor se encuentran en receptores especializados (células gustativas fungiformes, caliciformes y foliadas) en la parte anterior (percepción del sabor dulce), posterior (recepciona los sabores amargos)y laterales (ácidos y salados) de la lengua respectivamente. Los receptores gustativos captan la señal y envían a la corteza cerebral correspondiente en donde es interpretado como sabor.
Para el sentido del OLFATO se requiere de una estructura especial denominada nariz, en la que  Cada fosa nasal se divide en dos partes. La anterior, cubierta por la membrana epitelio olfativo; y la posterior, recubierta por la mucosa nasal, que es donde se encuentran los receptores olfativos que permiten captar los olores. Pero como percibimos el olor: Las moléculas de olor entran por las fosas nasales. Luego las células receptoras al final de la cavidad nasal transmiten impulsos al bulbo olfatorio.  Este bulbo es una zona interior del cerebro que participa en la  percepción de olores y manda señales al cerebro.
Las terminaciones nerviosas permiten  la percepción de sensaciones que contribuyen a la experiencia olfativa. Las moléculas de olor entran por las fosas nasales. Luego las células receptoras al final de la cavidad nasal transmiten impulsos al bulbo olfatorio.  Este bulbo es una zona interior del cerebro que participa en la  percepción de olores y manda señales al cerebro. Las terminaciones nerviosas permiten  la percepción de sensaciones que contribuyen a la experiencia olfativa.                                 SENTIDO DEL TACTO: El tacto proporciona sensaciones táctiles, de presion, térmicas y dolorosas, mediante estimulación de receptores nerviosos específicos, repartidos por toda la superficie cutánea.
La piel es el órgano más grande de nuestro organismo y el órgano de mayor sensibilidad táctil.
El sentido del tacto no solamente se encuentra en las manos, está presente en toda la piel que cubre nuestro cuerpo. Este sentido es tan extenso y complejo que el organismo cuenta con cuatro millones de receptores para percibir el dolor, 500 mil para sentir la presión, 150 mil para la percepción del frío y 16 mil para el calor. El sentido del tacto nos permite apreciar las sensaciones externas de frío, calor, presión, textura, vibración, cosquilleo, así como el peso que sostenemos, la fuerza que nuestros músculos ejercen, etc. Desde la vida intrauterina el feto es capaz de responder a estímulos táctiles como chuparse el dedo.
El sentido del tacto es tan sensible que, aun teniendo los ojos cerrados, podemos identificar objetos, texturas, temperaturas, etc. Las sensaciones son percibidas por medio de receptores, que son los encargados de enviar la señal al cerebro y se encuentran alrededor de todo nuestro cuerpo, distribuidas entre las diferentes capas de la piel.

 

viernes, 7 de noviembre de 2014

martes, 4 de noviembre de 2014

REGULACION DE LA CONTRACCION MUSCULAR, CONTROL NEURAL

FUNCIÓN DEL MUSCULO EN LA LOCOMOCIÓN 
Para generar la contracción de un musculo se requiere de gran parte de los procesos antes descritos como energía (ATP), potencial de membrana, fibras nerviosas etc. La actividad muscular está controlada por el sistema nervioso. Las fibras musculares están inervadas por fibras motoras alfa o motoneuronas alfa. Cada motoneurona inerva varias fibras musculares que activa de manera sincrónica.
La estructura básica en torno a la cual se articula la fisiología muscular es la unidad motora.
Una unidad motora está formada por una motoneurona (neurona motora) situada en médula espinal, su prolongación (axón) que avanza en el nervio periférico y el conjunto de las fibras musculares inervadas por la motoneurona. Cada axón motor se divide en una serie de ramificaciones, cada una de las cuales inerva una única fibra muscular. Así, en el bíceps braquial, una motoneurona inerva
por término medio 100 fibras musculares que se activan de manera sincrónica. Durante un movimiento, el control de la fuerza de contracción está en relación con el número de unidades motoras reclutadas.

lunes, 3 de noviembre de 2014

SARCOMERO, TEORÌA DEL FILAMENTO DESLIZANTE

CONTRACCIÓN MUSCULAR
Las propiedades del músculo (excitabilidad, contractibilidad, elasticidad, etc.) permiten que realice  sus funciones. Excitabilidad es la facultad de percibir un estímulo y responder al mismo. Por lo que se refiere a los músculos esqueléticos, el estímulo es de naturaleza química: la acetilcolina liberada por la terminación nerviosa motora. La respuesta de la fibra muscular es la producción y la propagación a lo largo de su membrana de una corriente eléctrica (potencial de acción) que origina
la contracción muscular. Contractibilidad es la capacidad de contraerse con fuerza ante el estímulo apropiado. Esta propiedad es específica del tejido muscular.